En el lujoso escenario del Mediterráneo, dos titanes de los mares se cruzaron de manera inesperada: el Lady Moura, propiedad del magnate mexicano Ricardo Salinas Pliego, y el Venus, un yate valuado en 100 millones de dólares y ahora perteneciente a su viuda, Laurene Powell Jobs.
Todo sucedió en las aguas del Mediterráneo, un destino frecuente para los famosos. Laurene, conocida por ser discreta y reservada, se encontraba disfrutando de un tranquilo día en el mar cuando, para sorpresa de todos, el imponente yate de Salinas Pliego apareció en el horizonte.