Por Ane Amondarain |
Quito (EFE).- La periodista chilena Fabiola Gutiérrez, quien ha realizado investigaciones sobre violencia política de género en los últimos años, aseguró en una entrevista con EFE que es vital que se tenga claro que, para que se configure este tipo de agresión, debe haber estereotipos de género de por medio y no se debe confundir con el control social que se realiza a las autoridades.
“La violencia política de género está muy vinculada con el hostigamiento a las mujeres, con los estereotipos de género, porque pareciera que no pudieran habitar espacios que están mayoritariamente habitados por varones y siempre se cuestiona sus habilidades y capacidades técnicas, políticas, sociales o culturales”, explicó la también coordinadora general de la Red de Periodistas y Comunicadoras Feministas de Chile.
Gutiérrez, quien visitó Quito la semana pasada en el marco del Festival de Periodismo Feminista Zarelia, dijo que este tipo de violencia se evidencia cuando se juzga a una mujer por el hecho de serlo o por cómo se viste, entre otros estereotipos, pero que no se debe “aprovechar” esta figura para intentar deslegitimar procesos de contraloría social.
“Si se realiza un control para ver cómo esa persona cumple su rol, eso no es (violencia política de género). Ahí no hay que aprovecharse. La línea a veces puede ser muy delgada, pero hay que estar siempre alerta”, advirtió.
Violencia que se exacerba en elecciones
Este asunto ha cobrado especial relevancia en los últimos meses en Ecuador, luego de que la vicepresidenta Verónica Abad denunciara al presidente, Daniel Noboa, así como a otros miembros de su Gobierno, por presunta violencia política de género, una demanda que el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) del país admitió a trámite el pasado 24 de agosto.
Desde entonces, otros casos han salido a la luz en la política ecuatoriana que se acerca al nuevo proceso electoral que llevará a las urnas a la ciudadanía el próximo 9 de febrero.
Al respecto, Gutiérrez también explicó que, si bien la violencia contra las políticas es “estructural” y “permanente”, ésta se “exacerba en contextos electorales y en importantes procesos de movilización social”.
Y reconoció que es una realidad que va en aumento en varios países de América Latina, como Chile, El Salvador o Argentina, entre otros, debido a la creciente “polarización” en la región.
Sin embargo, llamó a la responsabilidad de las políticas en la acusación de este tipo de violencias para que “no haya un mal uso” y que otras mujeres que sí que están viviendo esta vulneración no se vean afectadas.
“Los derechos conquistados son para todas”
Gutiérrez anotó que las representantes políticas enfrentan este atropello independientemente de su ideología política, y defendió que “los derechos conquistados son para todas”.
“No importa si eres de derechas o de izquierdas, no debemos avalar la violencia bajo ninguna circunstancia y es importante tener esa claridad indistintamente de si te gusta quién está en el mandato o no”, agregó.
También señaló que esta realidad no sólo la encaran aquellas mujeres que están en la “política dura”, sino que también otras lideresas y defensoras de derechos humanos que ocupan espacios de poder y de representación.
¿Cómo disputar el espacio de la política, según Fabiola Gutiérrez?
La también autora de dos ejemplares sobre comunicación no sexista alertó de las consecuencias que tiene esta violencia en el desarrollo político de las mujeres.
Gutiérrez anotó que este tipo de agresión menoscaba la posibilidad de que ellas ocupen los primeros puestos en política y favorece que se retiren por falta de herramientas para enfrentar esta situación.
Otra de las consecuencias, dijo, es el impacto que tiene esta vivencia y la falta de apoyo de sus partidos políticos en la salud mental, “lo que las lleva a cuestionarse si están en el puesto que deben ocupar”.
Para que las mujeres puedan “responder y disputar” el espacio político, la periodista apeló a las políticas a tejer redes entre ellas para que no se sientan solas e instó a las instituciones a establecer y cumplir protocolos. “La participación de las mujeres es indispensable para fortalecer la democracia”, concluyó.