Quito (EFE).- El expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, junto a los expresidentes Evo Morales, de Bolivia; Ernesto Samper, de Colombia; y Rafael Correa, de Ecuador; encabezaron una nueva carta para reiterar al Gobierno ecuatoriano su petición de que entregue a Jorge Glas a México, exvicepresidente de Correa detenido en la Embajada de México en Quito una vez que había recibido asilo diplomático.
La nueva misiva se difundió después de que el equipo de abogados que lleva la defensa de Glas advirtiera “un riesgo inminente” de que vuelva a intentar suicidarse en la cárcel, donde según ellos está recibiendo más de cuarenta fármacos al día, entre ellos varios psiquiátricos.
Además de los expresidentes, también firman el comunicado otros políticos de izquierda de países latinoamericanos como la excandidata presidencial peruana Verónika Mendoza, la exministra guatemalteca Ana Isabel Prera, el exministro chileno Carlos Ominami, el excanciller salvadoreño Eduardo Martínez y el senador colombiano Iván Cepeda.
Piden liberación de Glas
También lo suscribe el jurista argentino Eugenio Zaffaroni, el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel y el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el excanciller y exministro venezolano Jorge Arreaza, así como miembros del Grupo de Puebla.
En el documento, los firmantes reiteraron “la obligación internacional que tiene el Gobierno actual (de Ecuador) para devolverle a Jorge Glas su estatus de asilado diplomático y otorgarle el salvoconducto que le permita recuperar su libertad plena e irrestricta”.
Con el salvoconducto, Glas podría salir de Ecuador rumbo a México o a un tercer país que se comprometa a respetar el asilo diplomático que le dio el Gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
“La responsabilidad por la salud y la libertad de Jorge Glas recae exclusivamente en el presidente Daniel Noboa y en su Gobierno”, insistieron los suscriptores de la carta.
Misión médica para Glas
Asimismo, solicitaron a la Cruz Roja Internacional, Médicos Sin Fronteras (MSF), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al sistema de las Naciones Unidas que aúnen esfuerzos para conformar una misión médica que visite a Glas en La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, donde se encuentra recluido.
En la carta se afirma que “las persistentes violaciones a los derechos humanos han provocado en Glas un cuadro depresivo profundo”, diagnosticado con “transformación persistente de la personalidad” y “episodio depresivo grave con síntoma psicóticos”.
“La ingente cantidad de medicamentos y las interacciones entre estos provocan somnolencia, un estado de permanente sedación, insomnio, alucinaciones y generan alta dependencia. Además, pueden inducir un cuadro psicótico que podría llevar al suicidio”, añadieron.
Operativo en la embajada de México
Glas, que vicepresidente de Correa entre 2013 y 2017 así como al inicio del mandato de Lenín Moreno (2017-2021) ya intentó en abril presuntamente suicidarse durante los primeros días de reclusión en La Roca mediante una sobredosis de medicamentos que obligó a que fuera trasladado de urgencia al Hospital Naval de Guayaquil.
El pasado 5 de abril, Noboa ordenó el ingreso de la Policía a la Embajada de México en Quito para detener a Glas, a quien el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador le había otorgado asilo diplomático, si bien contaba con una orden de detención en su contra por un caso de corrupción en el que está imputado.
Perseguido político
Glas, que rechaza los cargos en su contra y se declara un perseguido político, fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa, tenía además pendiente de terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos sentencias por corrupción dictadas en 2017 y 2020.
Entre 2017 y 2022 ya pasó alrededor de cinco años en la cárcel, de la que salió gracias a una resolución judicial dictada por un juez que ha sido condenado por delincuencia organizada al admitir que cobró 200.000 dólares a cambio de liberar a dos miembros de una bandas criminal, en el sonado caso de corrupción judicial ‘Metástasis’.
Mientras, México y Ecuador se han contrademandado en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya con acusaciones mutuas de haber contravenido convenios internacionales sobre relaciones diplomáticas.