De los horizontes de Managua a la vanguardia de Washington D.C.

De los horizontes de Managua a la vanguardia de Washington D.C.

Ana María García es diseñadora arquitectónica en Studio Upwall Architects y tiene su propio emprendimiento.

Por Milagros Sánchez Pinell

Desde pequeña, los viajes con su padre por Estados Unidos la expusieron a una amplia variedad de estilos arquitectónicos y paisajes, contrastando con la arquitectura modesta de su país natal, Nicaragua.

Esta experiencia despertó en Ana María su creatividad y su fascinación por el diseño y la construcción, llevándola a descubrir su verdadera pasión por la arquitectura durante su adolescencia, cuando se enamoró de la idea de crear entornos impactantes.

“Mi mente fue expuesta a nuevas culturas, paisajes y ciudades, tanto pequeñas como las de mayor escala con rascacielos y arquitectura impresionante. Al provenir de un país con una arquitectura modesta y humilde, creé un contraste que permitió a mi mente abrirse y expandir mis posibilidades a soñar un mundo diferente”, recuerda.

Ana María estudió arquitectura en la Universidad Americana de Nicaragua y completó una maestría en «Cultural and Sacred Spaces» en The Catholic University of America en Washington, D.C.

Es una joven con metas claras que se define como extremadamente perfeccionista en lo que hace y siempre trata de dar lo mejor de sí misma en una profesión que le apasiona, la arquitectura. A nivel personal, le gusta ser espontánea, aventurera, explorar nuevos lugares y probar diferentes cocinas.

Su estilo arquitectónico se caracteriza por una inclinación hacia lo contemporáneo y fenomenológico.

“Dentro de la simplicidad de un proyecto trato de proporcionar al usuario una experiencia única mediante el planeamiento de espacios”, explica. Su principal objetivo es la utilización de la luz natural y maximizar la conexión de los espacios interiores con el exterior.

La tecnología juega un papel crucial en su proceso creativo, utilizando vectorworks para desarrollar proyectos con precisión y eficiencia.

Además, Ana María se inspira en arquitectos como Peter Zumthor, ganador del premio Pritzker, cuyas obras se caracterizan por crear atmósferas que influyen en los sentidos del usuario.

De igual manera, asegura que muchas veces encuentra su fuente de inspiración en la lectura y en el estudio de precedentes arquitectónicos, pero reconoce que, mayormente, viene del sitio donde se realizará una obra.

Además, añadió un agradecimiento especial a Julio Bermúdez, director de Walton Studio y su maestro durante su maestría  por enseñarle que la arquitectura va más allá de la belleza tangible.

“Por él me di cuenta de que de verdad mi pasión estaba en la arquitectura fenomenológica”, menciona.

Un camino de aprendizaje y creación

La trayectoria profesional de Ana María comenzó durante su cuarto año de universidad con una pasantía en GPS, una empresa de construcción dedicada al desarrollo de viviendas en la capital nicaragüense.

Como asistente de supervisor de obra, tuvo su primer contacto con el proceso de construcción, observando el desarrollo de proyectos desde el diseño hasta la materialización.

Durante su último año en Arquitectura, realizó su primer trabajo freelance para una familia que depositó su confianza en sus habilidades para diseñar apartamentos en Managua.

“Al ser este mi primer trabajo antes de graduarme como arquitecta, la mezcla entre emoción y nervios era inigualable. Sin embargo, estaba determinada a tomar el reto. Aprendí mucho en el proceso porque me di cuenta de que en el camino vamos aprendiendo con la práctica y los errores. Es importante tomar las oportunidades que nos da la vida para ganar experiencia y sabiduría”, manifiesta.

Tras su graduación, trabajó en Caducus Folium, una firma de diseño de interiores también ubicada en Managua, donde se enfocó en el diseño de espacios interiores de proyectos residenciales y comerciales.

“Este trabajo me enseñó a desarrollar mis habilidades en la atención y comunicación al cliente”, indica la joven.

Actualmente, Ana María trabaja como diseñadora arquitectónica en Studio Upwall Architects, una firma dedicada a la arquitectura contemporánea y sostenible en Washington D.C., donde desarrolla y administra proyectos de arquitectura y diseño de interiores.

“Mis responsabilidades incluyen sobrellevar los proyectos desde el diseño conceptual, emisión de permisos para la construcción y supervisión hasta la culminación de la obra”, explica.

Paralelamente, tiene un pequeño negocio llamado Signsy, que se dedica a la renta de letreros luminosos y de coroplast para eventos especiales.

Retos y proyectos destacados

Uno de los logros más destacados que Ana María recuerda es un proyecto universitario sobre un lugar de contemplación para una comunidad que estaba sufriendo gentrificación, el cual fue publicado en el libro “Spirituality in Architectural Education” de Julio Bermúdez.

En cuanto a retos, su mayor desafío hasta ahora ha sido su tesis de maestría, que abordaba un tema complejo: la creación de un Bath Hub en Washington D.C. para conectar a una sociedad dividida.

“Recibí muchas críticas debido al concepto de integración de diferentes razas, ideologías políticas y estatus social. Sin embargo, defendí mi concepto hasta el final, aun ante las críticas recibidas, y mi tesis fue escogida entre las seis mejores de mi clase”, dice.

También recordó una anécdota memorable durante su maestría: la visita de Daniel Libeskind, arquitecto reconocido por sus obras como el Museo Judío de Berlín, One World Trade Center, Casa de la Cultura de Dinamarca y el Royal Ontario Museum en Toronto, entre otros.

“A pesar de ser una persona tan reconocida, me sorprendió su humildad y sencillez. Nos acompañó durante una parte del estudio, donde nos dio a crear un proyecto basado en una pieza musical, un poema y dos obras de arte. La manera en cómo él pensaba y explicaba sus fuentes de inspiración me impactó. Fue una experiencia bastante enriquecedora e interesante”, narra.

Hoy en día, Ana María García está inmersa en varios proyectos residenciales en Washington D.C., centrados en la renovación de las icónicas Row Houses que caracterizan la arquitectura de la ciudad.

Sin embargo, su proyecto más destacado en este momento es la renovación del Narthex de la Catedral Ortodoxa Griega de San Sofía.

“Ha sido un proyecto muy especial en el que he podido colaborar con muchas personas talentosas, desde carpinteros hasta instaladores de mosaicos. Aunque el espacio es pequeño, está embellecido con paredes de mármol y cielos de mosaicos de oro importados de Italia”, explica.

Evidentemente, la precisión requerida en los detalles y materiales ha hecho de este trabajo una experiencia invaluable en diseño litúrgico y un hito en su carrera profesional.

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Etiquetas: arquitecta / diseño / emprendedora / Estados Unidos / Nicaragua