Beirut (EFE).- Al cumplirse un mes del inicio de la campaña de bombardeos de Israel contra el Líbano, miles de personas han muerto, 1,2 millones permanecen desplazadas, barrios han sido reducidos a ruinas y el grupo chií Hizbulá ha sido descabezado y duramente castigado, mientras enfrenta en la frontera una invasión israelí.
El pasado 23 de septiembre, Israel comenzó una oleada de ataques aéreos sin precedentes en décadas que dio un giro radical al enfrentamiento que mantiene con Hizbulá desde hace casi un año y que materializó el miedo al estallido de un conflicto abierto en el país.
Estas son algunas claves de lo ocurrido el último mes en el Líbano:
1. Los antecedentes
Desde el 8 de octubre de 2023, un día después del estallido de la guerra en Gaza, los choques entre las partes se fueron intensificando gradualmente y registraron varios picos de alta tensión, el último de ellos este mismo verano.
Cuando parecía que las aguas se habían vuelto a calmar, a mediados del pasado septiembre, dos oleadas de explosiones simultáneas en miles de aparatos de comunicación en manos de integrantes de Hizbulá causaron decenas de muertos y casi 3.000 heridos en el Líbano.
Poco después comenzaba una campaña de bombardeos que se ha concentrado en el sur y el este del Líbano, así como los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye.
Sin embargo, también se han producido ataques más esporádicos contra puntos septentrionales y hasta tres dentro de la capital.
2. Las consecuencias
Desde el inicio del conflicto, casi 2.500 personas han muerto en el territorio libanés, la gran mayoría durante la gran escalada de las últimas semanas.
La campaña de bombardeos también ha obligado a casi 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares, desatando la peor crisis de desplazados en la historia de la pequeña nación mediterránea y provocando que unas 400.000 huyeran por tierra a la vecina Siria.
En el sur del Líbano, muchas poblaciones se han convertido en zonas fantasma, como también ocurre en el extrarradio del Dahye.
Los constantes bombardeos han dejado un sinfín de edificios destruidos y una significativa devastación en estas zonas de mayoría chií.
3. Ofensiva terrestre
Tras una semana de extensos ataques aéreos, las fuerzas israelíes iniciaron a su vez una ofensiva terrestre contra puntos del sur del Líbano cercanos a la frontera común.
Aunque se han confirmado algunos casos de confrontación directa con combatientes de Hizbulá, las operaciones transcurren mayormente en medio de un apagón informativo en la zona, inaccesible para la prensa y vacía de población.
En este contexto, la misión de paz de la ONU en el Líbano (FINUL), desplegada en la franja fronteriza, ha denunciado varios casos de fuego israelí contra sus posiciones y contra su cuartel general en Naqoura (sur), incidentes que causaron heridos en sus filas.
4. Hizbulá
En medio de todo ello, Hizbulá ha perdido a un gran número de comandantes, altos mandos y a su secretario general, Hasán Nasrala, que falleció el pasado 27 de septiembre en un bombardeo israelí con bombas antibúnker contra un cuartel subterráneo.
Apenas diez días más tarde, Israel anunció que había matado también al principal candidato a sucederle como máximo jefe de la formación, Hashem Safi al Din.
Mientras el movimiento continúa con sus ataques contra el norte de Israel y hace frente a la ofensiva terrestre israelí, se desconoce el impacto real que han tenido en sus capacidades militares los asesinatos contra su cúpula y los bombardeos, supuestamente cometidos contra su infraestructura o almacenes de armas.
5. Soluciones y escenarios
El lunes visitó Beirut el mediador estadounidense Amos Hochstein buscando una solución negociada basada en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la última guerra de 2006 y avisando de que esta vez hacen falta garantías adicionales de que sí se implementará con seriedad.
Israel busca que Hizbulá abandone la franja fronteriza entre ambos países como estipula el texto, que no ha sido respetado por ninguno de los dos bandos en 18 años.
Sin muchas expectativas de acuerdo, se espera que la campaña israelí continúe al menos hasta la llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca el próximo enero y se teme una segunda fase aún más cruda en la que podría ser atacada infraestructura vital del Líbano, como ocurrió en 2006.