Por Kike Serrano Mirones |
Santander (EFE).- El boxeador profesional Bruno ‘The Fantasy’ Macho, que cuenta en su haber con un 7-0, asegura que su sueño es ir a pelear a Estados Unidos, aunque no quiere ponerse “límites” en su vida, en la que ha superado con solo 22 años una leucemia.
En una entrevista con EFE el deportista cántabro repasa su vida desde su “diferente” infancia, tras detectarle con sólo 3 años una leucemia linfática aguda, que le ha influido en su vida para hacerle “más duro”.
El púgil cántabro de 22 años, que esta tarde pelea en Santander por conseguir su octava victoria profesional en tan sólo un año, explica lo que supuso tener a los 3 años leucemia linfática aguda que es “una de las más graves de este tipo de cáncer de sangre”.
“Fue un infierno hasta que a los 15 años me dieron el alta”, reconoce, aunque cree que sus padres lo pasaron, incluso, peor que él, ya que considera que hay algo más malo que tener un cáncer, “tener un hijo con cáncer”.
‘The Fantasy’ Macho cuenta como desde el principio de su enfermedad sus padres le hicieron ser consciente de la realidad que vivía y todas las precauciones que debía de tomar cuando salía a la calle o iba al colegio.
Recuerda el cuidado que tenía hasta con las picaduras de mosquitos. “En mi casa he dormido siempre con mosquiteras”, afirma.
Además, le quitaron todos los animales que había en casa (pájaros, tortugas y peces). “A mi me lo quitaron todo, entonces yo siempre he sido muy consciente de lo que he tenido, lo que debía hacer y lo que no debía hacer”, apostilla.
“No bebía de botellas de nadie, no me daba besos con nadie. Simplemente adultos que me querían saludar les decía que no. Es una infancia diferente a lo que tiene un niño normal”, subraya el joven boxeador, quien cuenta esa historia en el documental ‘Yo tengo un ángel’, que emite Movistar.
Todo ello le ha hecho ser “más maduro y consciente” de lo que ha tenido y que, al igual que “hoy estás aquí, mañana no”, por lo que busca disfrutar de los diferentes momentos.
El gimnasio de su barrio, su inicio en el boxeo
Un año antes de salir de esta enfermedad, con 14 años, ‘The Fantasy’, a quien recomendaron hacer deporte, empezó “por casualidad” con el boxeo, porque un compañero de su padre, junto a Cristian, su actual entrenador, daban clases en el gimnasio de su barrio.
“Empecé en el boxeo con camiseta y casco peleando a 2 minutos en boxeo junior, peleaba con los que podía, donde nos llamaban. Íbamos a hacer experiencias y, al principio, por así decirlo, fueron fracasos y derrotas como en todo lo que empiezas, hasta que llega un día que todo empieza a cambiar”, apostilla.
Bruno ‘The Fantasy’ muestra el “orgullo” de ver lo que está consiguiendo en el boxeo profesional y cree que el “karma” le está devolviendo todos los años de sufrimiento. “Creo que es el resultado que me está dando la vida, por así decirlo, el karma, de todo el trabajo he estado haciendo todos estos años sin que se vean recompensados”, apostilla.
Respecto a su el día a día de preparación, el 2 de septiembre comenzó para el combate de esta tarde y, desde ese día, no se ha saltado “ni un solo gramo” de hidrato de carbono o de pan y, de hecho, pesa “hasta la leche del café”.
Esos dos meses antes es “lo más duro físicamente, aunque, en la recta final, la última semana, cuando llega el pesaje, “la báscula empieza a ser una batalla más psicológica que física”.
“Al final se aguanta, es disciplina y disciplina y, psicológicamente, la verdad que hasta ahora no he tenido problemas. Siempre tengo la mente muy arriba y me veo ganador”, afirma el púgil santanderino.
Tras esa batalla psicológica del ayuno de líquidos y sólidos previo a subirse al pesaje oficial, el ritual de ‘The Fantasy’ es siempre el mismo: un bocadillo de jamón de su abuela.
Macho se define como un boxeador inteligente, al que le gusta boxear hacia atrás y procura no llevarse golpes “de más”, aunque le “gusta un poco el show” y le “encanta” la presión.
Hacia Estados Unidos
Bruno ‘The Fantasy’ tiene una meta clara: subirse a un ring en los Estados Unidos. Ese es el sueño más cercano, aunque siempre dice que no se va a poner un límite. “Que venga lo que tenga que venir y bienvenido sea”, apostilla.
A los más pequeños que están comenzando en su deporte les recomienda luchar por lo que quieren si de verdad quieren boxear y a quienes padecen su enfermedad les asegura que se puede salir y que la prueba esta en su figura. “Si yo estoy aquí ellos pueden estar igual o mejor”, promete.