Jerusalén (EFE).- El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró este domingo que ha mantenido tres llamadas con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, desde su elección el pasado martes y enfatizó la “amenaza iraní” como uno de los temas clave en ellas.
“Vemos la amenaza iraní en todos sus componentes y el peligro que representa”, dijo Netanyahu, en el marco de la tensión creciente en Oriente Medio con las guerras mantenidas por Israel en Gaza y Líbano contra la organización islamista Hamás y el grupo chií Hizbulá, respectivamente.
El mandatario israelí aseguró que fueron conversaciones “buenas y muy importantes” en las que también trataron grandes oportunidades para el país “en el campo de la paz y su expansión, pero también en otros campos”, sobre los que no dio más detalles.
“Trabajar juntos por la seguridad de Israel”
Tras la reelección del magnate como presidente de EE.UU., Netanyahu fue uno de los primeros en llamarle y entonces ambos acordaron “trabajar juntos por la seguridad de Israel” y abordaron la “amenaza iraní”.
En el mismo videocomunicado en el que habló de su relación con Trump, Netanyahu condenó de nuevo el episodio de violencia en Ámsterdam, en el que manifestantes propalestinos agredieron a hinchas del Maccabi Tel Aviv, que previamente habían recorrido la ciudad cantando lemas antiárabes y quemando banderas palestinas.
El retorno de Trump a la Casa Blanca marca un interrogante sobre el curso de las guerras Gaza y Líbano. Por un lado, mantiene un apoyo constante Israel, que se materializó en su anterior mandato al desplazar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén o al suspender el apoyo financiero a la agencia de la ONU a los refugiados palestinos (UNRWA).
Por otro, ya en su primer discurso tras ganar las elecciones, el líder republicano aseguró que no quería guerras: “Yo no voy a empezar una guerra. Yo las voy a parar”.
Intensa campaña de bombardeos en Líbano
Israel mantiene desde finales de septiembre una intensa campaña de bombardeos en Líbano contra el grupo proiraní Hizbulá, a la que incorporó una invasión terrestre del sur del país el pasado 1 de octubre.
El 27 de septiembre, uno de los bombardeos mató en Beirut al líder de Hizbulá, Hasán Nasrala, lo que desencadenó una respuesta desde Irán, con el lanzamiento de 180 misiles balísticos contra territorio israelí que causaron una víctima mortal (un palestino en la ciudad cisjordana de Jericó).
Entonces, la república islámica reivindicó el ataque también como una represalia por la explosión que mató en Teherán al que fuera líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en una operación que Israel nunca desmintió ni confirmó.
El Ejército israelí, por su parte, respondió a estos ataques con una serie de ataques aéreos en la madrugada del 26 de octubre contra Irán, en los cuales murieron cinco soldados de la República Islámica, ante lo que podría darse otra represalia iraní.