Bogotá (EFE).- El cese al fuego con el ELN, que comenzó hace un año y es el más largo que se ha pactado con la guerrilla, finaliza este sábado sin acuerdo por las dos partes de una prórroga y cuando la mesa de diálogos pasa por su peor momento.
El Gobierno colombiano y el ELN iniciaron en noviembre de 2022 una nueva negociación de paz, que actualmente se encuentra congelada, y, como parte de ese proceso, el 3 de agosto de 2023 entró en vigor un cese el fuego bilateral de 180 días que fue prorrogado por otros 180.
Desde la delegación del Gobierno tratan de pactar una “extensión técnica” del cese al fuego, pero la guerrilla condicionó la reunión con el Gobierno colombiano para acordar una prórroga a que se publique un decreto presidencial donde retire al ELN de la lista de grupos armados organizados (GAO).
Una carrera con muchos baches
La guerrilla apuntó la pasada semana en un comunicado que ha cumplido el cese al fuego y recalca que, por “decisión unilateral”, han dejado el secuestro con fines económicos, “abortado por el estado de congelamiento en que entró esta mesa de diálogos de paz, a causa del incumplimiento de acuerdos por parte del Gobierno nacional”.
“Ante esta realidad que se repite a menudo tanto en gobiernos anteriores como en el actual, es válido preguntarnos: ¿qué garantía de seriedad merece un Gobierno que no cumple lo que acuerda?, ¿Qué sentido tiene que desde el Gobierno llamen al ELN a firmar nuevos acuerdos, si no cumplen los anteriores? La paz no puede ser propiedad de gobiernos que no cumplen, es un derecho de toda la sociedad”, agregó esa guerrilla.
Pero lo cierto es que las mayores controversias han venido de su lado: desde romper la promesa de acabar con los secuestros con fines económicos a un secuestro muy sonado: el del padre del futbolista Luis Díaz, quien acabó en manos de la guerrilla el 28 de octubre del año pasado.
Ante estas circunstancias y las constantes reticencias del ELN, el Gobierno le ha pedido a la guerrilla que “aclare a la sociedad colombiana si tiene o no un inequívoco propósito de llegar a la paz; si quiere o no descongelar los trabajos de la mesa de diálogos; si quiere o no renovar el cese al fuego”.
El Gobierno criticó en un comunicado que, “más allá de hechos puntuales y reclamos sobre supuestos incumplimientos”, el ELN no ha contestado “si está dispuesto o no a transitar a la paz” o solo ve el proceso de paz como “una oportunidad para su fortalecimiento militar”.
Miles de voces piden la prórroga
En los últimos días múltiples voces y organismos han pedido a las dos partes compromiso para una prórroga que traiga a los territorios paz.
El pasado mes, en una entrevista con EFE, el representante especial del secretario general de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, aseguró: “Hemos visto muchos beneficios del cese al fuego entre el ELN y el Gobierno y sería beneficioso que ese cese se extendiera, se prorrogara y ojalá también se ampliara porque tiene campo para ampliarse”.
Por su parte, la Coordinadora Humanitaria, que agrupa a un centenar de organismos sociales, aseguró que en el primer semestre de 2024 se produjeron 605 eventos violentos (328 posibles violaciones al cese y 277 acciones hostiles), pero a pesar de ello pidieron “impulsar un cese al fuego y de hostilidades multilateral para salvaguardar la vida”.
“Consideramos fundamental el avance y continuidad de los diálogos y negociaciones con estos grupos, la exploración y apertura de diálogo con otros grupos y estructuras armada”, apuntó este conjunto de organizaciones.
“Nos solidarizamos con las comunidades y pueblos que desde distintas partes del país reclaman un futuro sin violencia y con transformaciones, para lo cual es indispensable la reanudación de diálogos, la continuación del cese al fuego, la participación de la sociedad, la implementación de acuerdos suscritos y el compromisos de las partes de no levantarnos de la mesa”, respondió la delegación del Gobierno ante esta circunstancia.