Washington (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, designó este lunes como monumento nacional el primer internado para niños indígenas del país, que sirvió como modelo de un programa gubernamental con el que se cometieron atrocidades contra los menores y fueron privados de su lengua y cultura.
El internado en cuestión, la Escuela Industrial India Carlisle, fue fundado en 1879 en Pensilvania como la primera escuela para indígenas fuera de sus reservas.
Por la Carlisle pasaron 7.800 niños de 140 tribus, según aseguró Biden este lunes en un acto con líderes indígenas.
“Fueron arrebatados de sus familias, tribus y tierras ancestrales. Fue un error. Al transformar la Escuela Carlisle en un Monumento Nacional, dejamos claro lo que hacen las grandes naciones: no borramos la historia, la reconocemos”, dijo.
Biden pidió perdón por lo ocurrido con los niños indígenas
El presidente afirmó que la designación del internado forma parte del “proceso de reparación” hacia las tribus indígenas.
En octubre, Biden pidió perdón en nombre del Gobierno de Estados Unidos por las atrocidades cometidas en cientos de estos internados públicos para niños indígenas operados por organizaciones religiosas durante 150 años.”El Gobierno federal nunca se ha disculpado formalmente por lo ocurrido, hasta hoy. Como presidente de Estados Unidos, me disculpo formalmente por lo que hicimos”, afirmó Biden durante un acto en la comunidad india del Río Gila, en Arizona.
“El dolor que causamos siempre será una huella imborrable de vergüenza, de sangre, en la historia de Estados Unidos”, añadió Biden.
Al menos un millar de niños y niñas murieron en esos internados, aunque la cifra podría ser mucho mayor.
Los niños indígenas privados de su lengua y cultura
Entre 1819 y 1969, miles de niños indígenas fueron obligados a asistir a estos internados administrados por iglesias y organizaciones religiosas con financiamiento público, con el propósito de asimilarlos por la fuerza a la sociedad blanca.
De acuerdo a información oficial, el internado Carlisle, una antigua base militar, operó durante más de 30 años con la misión de “matar al indio” para “salvar al hombre” y sirvió como modelo para decenas de estos centros.
En la escuela se obligó a los niños a hablar inglés, vestir ropa occidental y comportarse según los valores y la cultura angloestadounidense.
Hoy en día, el campus de Carlisle está ocupado por el Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos.