Por Julio César Rivas |
Toronto (Canadá) (EFE).- El historiador de origen ruso Sergey Radchenko, ganador del premio Lionel Gelber de Canadá con su último libro ‘To Run the World’ que analiza la Guerra Fría, declaró este miércoles a EFE que hoy en día «Estados Unidos está renunciando a su propio liderazgo global».
Radchenko, que hoy recibió en Toronto el premio Lionel Gelber que cada año concede el instituto Munk School de la Universidad de Toronto, dijo en una entrevista a EFE que su libro, subtitulado ‘The Kremlin’s Cold War Bid for Global Power’, narra cómo la Guerra Fría no fue tanto un enfrentamiento ideológico sino uno de búsqueda de reconocimiento mundial.
«En mi libro defiendo que la ideología marxista-leninista no fue lo esencial al conflicto sino que Rusia estaba buscando ser reconocida globalmente como uno de los líderes del mundo», explicó Radchenko que para escribir el libro tuvo acceso a archivos rusos que habían permanecido cerrados a los investigadores durante décadas.
«Los rusos están obsesionados sobre cómo son vistos por el mundo. Sienten que tienen el derecho de estar en un lugar más alto de la jerarquía mundial, por razones históricas o militares, de lo que sus medios les permiten», continuó.
EE.UU. y Rusia
El historiador y académico, que es director del Bologna Institute for Policy Research (BIPR), añadió que esa obsesión por ser reconocido como una superpotencia mundial sigue presente en la Rusia de hoy en día y conecta directamente a Vladímir Putin con José Stalin, Nikita Khrushchev, Leonid Brézhnev e incluso Mijaíl Gorbachov.
«El pensamiento es que Rusia es un gran poder que tiene el derecho a una gran influencia. Stalin lo pensó, pero también Khrushchev, que invadió Hungría para afirmar la esfera de influencia soviética, y Brézhnev, que invadió Checoslovaquia en 1968 por lo mismo», explicó.

«Hay una tendencia histórica y Putin está totalmente en esa tradición», añadió.
En su libro, Radchenko, que es un experto en relaciones chino-soviéticas, también adelanta que la Guerra Fría no fue un conflicto bipolar sino con tres ejes entre Estados Unidos, la Unión Soviética y China.
«Aunque el libro es sobre la política exterior soviética, lo que muestro es que durante toda la Guerra Fría, los líderes soviéticos estaban constantemente vigilando para saber lo que estaba haciendo China. Desde su perspectiva, China era un factor enorme», dijo.
EE.UU. «está lleno de contradicciones»
Radchenko también señaló, para reforzar su tesis de que la Guerra Fría estuvo marcada por la ambición y diferencias culturales más que la ideología, cómo los líderes soviéticos expresaron ideas racistas contra los chinos y que incluso Brézhnev intentó convencer al presidente estadounidense Richard Nixon que «como europeos», debían trabajar juntos contra China.
El historiador recuerda cómo en 1995, con 15 años, salió de la isla de Sajálin, en el extremo oriental de Rusia, hacia Texas (EE.UU.) y lo diferente que hoy en día son tanto los Estados Unidos como Rusia.
«Hoy Rusia es una potencia enérgica, segura, que siente que se le ha negado el lugar que le corresponde en la escena internacional, que quiere recuperar su puesto. Quizás no tiene los medios pero le sobra la ambición», dijo.
«Y Estados Unidos está básicamente renunciando a su propio liderazgo global. Está lleno de contradicciones. Tan próspero y tan roto políticamente, con la gente atascada en temas políticos básicos, liderados por un tipo que claramente profesa simpatía por Putin y lo que está haciendo en Rusia», continuó.
«En 1995, EE.UU. estaba intentando enseñar al mundo cómo vivir. Ahora ya no lo hace, y en parte es algo bueno. Pero Estados Unidos ya no tiene certidumbre sobre lo que debe hacer en el mundo y está de forma activa renunciando a responsabilidades que se había asignado a sí mismo», concluyó.