El príncipe Harry protagonizó un inesperado viaje a Ucrania, tan solo tres días después de comparecer ante los tribunales en Londres y coincidiendo con el viaje de Estado de su padre, el rey Carlos III, y la reina Camila a Italia.
Durante esta visita, el duque de Sussex acudió a un centro de atención a víctimas de la guerra iniciada por Rusia, en un gesto que lo alinea como nunca antes con la postura oficial de su familia frente al conflicto, y de forma particularmente significativa, con la del propio monarca.