Jerusalén (EFE).- El gobierno gazatí, controlado por Hamás, prohibió este jueves «tratar, trabajar o proporcionar cualquier tipo de asistencia» a la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), la polémica organización estadounidense a cargo del reparto de comida en la Franja, y amenazó con «la pena máxima» para cualquiera que colabore con ella.
«Queda estrictamente prohibido tratar, trabajar o proporcionar cualquier tipo de asistencia o cobertura con la fundación americana o sus agentes locales o extranjeros», decretó el Ministerio del Interior y Seguridad Nacional del enclave palestino en un comunicado.
Más de 500 muertos cerca de los puntos de reparto de ayuda
Las autoridades gazatíes anunciaron la imposición de «las penas máximas estipuladas en la legislación nacional aplicable», que desde el comienzo de la ofensiva israelí en Gaza es de facto la pena de muerte, para toda persona que coopere con la organización estadounidense.

Esta decisión se produce, según Hamás, al constatar que la fundación se ha convertido «en una trampa mortal masiva, un centro de humillación y de violación sistemática de la dignidad y los derechos humanos, ajeno a cualquier supervisión internacional o legal».
Según las autoridades gazatíes, desde que el nuevo sistema de reparto de ayuda, apoyado por Israel y EE.UU. y operado por la GHF, empezó a funcionar en la Franja a finales de mayo, más de 500 personas han muerto y otras 4.000 han resultado heridas mientras trataban de acceder a la ayuda.
La ONU denuncia más de 500 asesinatos desde mayo en puntos de reparto de comida en Gaza
Además de los cientos de muertos y heridos, las autoridades de la Franja denuncian que se ha detenido arbitrariamente a numerosas personas en las inmediaciones de los centros de reparto de comida.
«Ha quedado claro que esta organización no se creó con el propósito de brindar socorro ni aliviar el sufrimiento de nuestro pueblo asediado y hambriento», aseguran.