Este lunes, el Reino Unido recordó uno de los capítulos más dolorosos de su historia reciente: los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, que dejaron 52 víctimas fatales y más de 700 heridos.
A dos décadas de la tragedia, el país se reunió para rendir tributo con flores, silencio y mucha emoción. Y en medio de todo, el rey Carlos III destacó como una figura clave al enviar un poderoso mensaje de unidad, esperanza y memoria.