“¿Cómo podía hacer eso?”: relato de una extorsión a manos de una expareja

Inés N. fue víctima de extorsión a manos de un hombre a quien le abrió las puertas de su casa y su corazón.

Durante el cumpleaños de una de sus hijas la mujer recibió un mensaje en el que le exigían 1 millón de pesos.

Daban datos específicos sobre mí, mi casa y otras propiedades. También de mi familia, carros, incluso datos muy específicos acerca del portón, a qué hora abría, cuánto tiempo tardaba en cerrar”, detalló en entrevista.

Inés N. cerró su negocio, se recluyó en su casa y limitó la vida de sus hijas a solo ir a la escuela.

El agresor insistió en que no diera aviso a la policía, pues de lo contrario “iba a tener un difunto”, haciendo hincapié en la hija que la mujer había perdido.

Me decían que yo había perdido una hija, que si ya sabía el dolor de perder una hija perdería otra si daba aviso a las autoridades. Tenía mucho miedo. Me decían también que esperaban que no fuera la última vez que viera a mis hijas. Me llenaba de temor que alguien pudiera hacerles algo”, rememoró.

Inés N. recurrió en primera instancia a una prima, quien a su vez la remitió con contactos hasta llegar a la Fiscalía, donde presentó su denuncia.

Las autoridades la asesoraron sobre cómo responder a los mensajes y a deducir la identidad de su victimario.

Con el respaldo de la Fiscalía y una psicóloga, la mujer halló que su expareja era quien estaba detrás de la extorsión.

Cuando supe quién era fue un asombro muy, muy grande, porque fue una persona que había sido íntima mía, que conoció a mi familia, convivió con mis hijas, que le abrí mi corazón, le abrí a mi familia. Él conocía todo de mí y la verdad es que no daba crédito, ¿cómo podía hacer eso?”, se cuestionó.

Inés N. recordó que a sus padres no les caía bien, que su instinto les decía que “no era una buena persona”, lo que le generó culpa y rabia.

Cuando tuvimos una relación, tuvimos problemas como todos, pero también hubo cariño, amor, afecto. Y que pudiera ser capaz de hacerme eso, la verdad es que no entendía el porqué, tenía muchas ganas de que me contestara eso, ¿por qué lo hizo?.”

La mujer desarrolló un trauma a raíz de la extorsión, al saber que sus hijas estuvieron en riesgo.

Dejé de confiar en la gente. A partir de ahí ya ni amigos ni nada. Me cerré mucho porque ya no confío en la gente que me habla y me dice: ¡ay, hola!, ¿cómo estás? Siempre pienso que tienen otra intención y que pueden lastimar a mi familia. Me volví muy selectiva con las personas que frecuento”, narró.

Pero su fé católica y que su expareja fue detenida y encarcelada la impulsó a seguir adelante.

Aprovechó también el último día del juicio para cuestionar a su agresor sobre sus acciones, si bien, detalló, decidió soltar el trauma y el coraje para perdonarlo.

Que Dios lo bendiga y que la vida se encargue de darle lo que le tenga que dar”, sentenció.

A un tiempo de la extorsión, Inés N. se siente más tranquila, intentando continuar su vida junto a sus hijas.

Con información de Sergio Martínez Estrada