Indira Guerrero |
Dharamshala (India) (EFE).- La ciudad de Dharamshala, capital del exilio tibetano en la India, es un hervidero de actividad con peregrinos, trabajadores y monjes ultimando los detalles para una semana histórica que culminará con el 90º cumpleaños del dalái lama y que tiene como epicentro una reunión de altos lamas que comienza mañana.
La atmósfera en esta localidad enclavada en las estribaciones del Himalaya es una mezcla de devoción y tensión política.
La avanzada edad del líder, que celebrará su cumpleaños este domingo, y la estrategia de China para controlar su linaje han convertido la inminente Conferencia Religiosa en el foro decisivo para el futuro del Tíbet.
Declaración sobre la reencarnación
El complejo del Templo Tsuglhakhang bulle con los preparativos, trabajadores locales despliegan alfombras rojas y refuerzan las medidas de seguridad, grupos de peregrinos llegados de toda la India llegan a dar vuelta a la kora (circunvalación ritual). Cada vuelta es una oración en movimiento, una ofrenda de energía y mérito espiritual dedicada a la larga vida de su líder.
«Estamos contentos. Su Santidad ha dicho que vivirá 130 años», dice a EFE Tashi Lhamo, presidenta de la Asociación de Mujeres Tibetanas.
Para las generaciones más jóvenes, la lealtad es una certeza. «Soy del Tíbet. Mi sangre es del Tíbet», afirma Karma Lama, un monje de 35 años nacido en el exilio.
Toda la atención está puesta en la 15ª Conferencia Religiosa que se inaugura este miércoles.
El momento más esperado ocurrirá a media mañana cuando, durante un encuentro con la prensa, se distribuya una «declaración escrita de Su Santidad el Dalái Lama», según el despacho del líder religioso.
El documento, aseguró a EFE una fuente del Gobierno tibetano en el exilio, donde podría detallar el método para encontrar a su reencarnación.
Desafío a Pekín
Este encuentro se produce después de que el dalái lama afirmara en su libro «Voice for the Voiceless», publicado en marzo, que su sucesor nacería fuera de territorio chino.
Es un desafío directo a Pekín, cuyo gobierno considera al líder un separatista, secuestró en 1995 al Panchen Lama -figura clave en el proceso de sucesión- y pretende imponer a su propio dalái lama.
Con la llegada constante de monjes de alto rango para el cónclave y de fieles para las celebraciones, incluido el actor estadounidense Richard Gere, que participará en un foro juvenil, Dharamshala contiene la respiración, a la espera de una declaración que podría definir los próximos cien años de la historia del Tíbet.