El impacto del COVID prolongado en la población infantil hace un llamado a incrementar cobertura de vacunación

El impacto del COVID prolongado en la población infantil hace un llamado a incrementar cobertura de vacunación

Algunas investigaciones estiman que el 25% de los niños infectados con el virus SARS-CoV-2 podría desarrollar COVID prolongado.

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La pandemia del COVID-19 dejó muchos aprendizajes, uno de ellos es que, meses después de la infección aguda, algunos pacientes pueden presentar síntomas que pueden durar semanas, meses y hasta años. A esta afección persistente se le conoce como COVID prolongado, refiriéndose a las secuelas postagudas de infección por SARS-CoV-2; y se estima que al menos 65 millones de personas en el mundo la padecen.

Las investigaciones y publicaciones referentes a las secuelas del virus SARS-CoV-2 se habían enfocado en el impacto de la infección en los adultos; a quienes les ha generado problemas cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorios, sistémicos, neuropsiquiátricos, o efectos en su sistema musculoesquelético o en su sistema genitourinario.

“Las personas que presentan secuelas del COVID-19 pueden tener dificultad para pensar o concentrarse, fatiga, dolor de cabeza, cambios en la menstruación, dolores musculares, dificultad para respirar y un sinnúmero de síntomas que pueden durar semanas, meses o años”, aseguró la gerente médico de vacunas de Asofarma, Yamile Sandoval.

¿Y la población pediátrica? estudios recientemente publicados estiman que el 25% de los niños infectados con el virus SARS-CoV-2 podrían desarrollar COVID prolongado.

En los niños, el virus puede manifestarse ya sea como: el síndrome inflamatorio multisistémico en la fase aguda o como síndrome de COVID prolongado, resalta un informe científico de la revista científica Nature. El primero, se relaciona con una afección en la que se inflaman diferentes partes del cuerpo, y el segundo, con una afección multisistémica que persiste, meses e incluso años, tras haber tenido la infección por el virus.

Cualquiera de estos dos escenarios se pueden presentar en pacientes pediátricos que contrajeron el virus del SARS-CoV-2 y que registraron síntomas, así como en aquellos que no tuvieron síntomas durante la enfermedad.

En el caso del síndrome inflamatorio multisistémico que aparece posterior a la enfermedad, los niños presentan síntomas como fiebre, vómitos, diarrea, dolor abdominal, erupción en la piel, mareos. Existen algunos signos que advierten que hay una emergencia, como: problemas para mantenerse despierto o para despertar, dificultad para respirar, confusión reciente, dolor abdominal, o tener la piel, labios o lecho de las uñas de color gris o azul.

“El COVID prolongado es una afección que impacta en la vida cotidiana de las personas; y en el caso de los niños y adolescentes, puede tener un efecto importante en su rendimiento escolar. Los síntomas pueden ir desde fatiga, problemas del sueño hasta alteraciones cognitivas que les generan dificultad para concentrarse y pérdida de memoria, por ejemplo”, detalló la doctora Sandoval.

Atención y conciencia

Mientras los científicos continúan haciendo descubrimientos que brindan mayor claridad sobre el impacto del COVID prolongado en los diferentes grupos de edad; algunos hacen énfasis en el riesgo potencial de desarrollar un efecto de larga duración en caso de tener una nueva infección, en particular cuando ha bajado la cobertura mundial de inmunización. Una publicación de The Lancet resalta que estudios recientes en Estados Unidos muestran un papel significativo de la vacunación en la reducción del riesgo de COVID persistente en niños.

Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la cobertura mundial de inmunización infantil se había estancado en 2023, y que habría 2,7 millones de niños sin vacunarse o sin recibir la totalidad de las vacunas en todo el mundo.

Esta disminución en la cobertura de inmunización trae desafíos para la protección contra virus como el sarampión, la influenza y el SARS-CoV-2, entre otros.

“Es importante que recordemos que al igual que se hace cada año con la influenza, la población debe vacunarse contra el COVID-19 para protegerse de las variantes que están circulando del virus”, reiteró la gerente médico de Asofarma.

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Etiquetas: Asofarma / niños / pandemia del COVID-19 / población infantil / población pediátrica / secuelas postagudas de infección por SARS-CoV-2 / vacunación