Naciones Unidas (EFE).- La misión permanente de Irán ante las Naciones Unidas advirtió que la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, servirá para “fortalecer” el “espíritu de resistencia” de la población palestina contra Israel.
“Mientras exista la ocupación y la agresión, la resistencia perdurará, porque el mártir sigue vivo y es una fuente de inspiración”, señaló la representación diplomática de Teherán en un mensaje publicado en su cuenta oficial de X.
Netanyahu tras la muerte de Sinwar: “Este es el comienzo del día después de Hamás”
Irán subraya la figura de Yahya Sinwar
La misión iraní subrayó que, cuando los musulmanes ven a Sinwar “de pie en el campo de batalla, con atuendo de combate y al aire libre, no escondido, enfrentándose al enemigo”, su “espíritu de resistencia” se “fortalecerá”.
When U.S. forces dragged a disheveled Saddam Hussein out of an underground hole, he begged them not to kill him despite being armed. Those who regarded Saddam as their model of resistance eventually collapsed. However, when Muslims look up to Martyr Sinwar standing on the… pic.twitter.com/S1QUN47y83
— I.R.IRAN Mission to UN, NY (@Iran_UN) October 17, 2024
“Se convertirá en un modelo para los jóvenes y niños que seguirán su camino hacia la liberación de Palestina”, destacó el mensaje.
La carrera de Sinwar
La muerte de Sinwar se produjo durante un operativo militar israelí en el área de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Israel confirma haber matado a Yahya Sinwar, líder de Hamás y cerebro del 7 de octubre
Nacido en un campo de refugiados de Jan Yunis, ciudad del sur de Gaza, Sinwar fue elegido líder de Hamás en Gaza en 2017 tras labrarse una reputación de enemigo acérrimo de Israel y el pasado 6 de agosto -tras el asesinato en Teherán del entonces jefe del buró político, Ismail Haniyeh- fue escogido para ocupar el máximo puesto en el organigrama del grupo islamista.
Representaba la línea más dura y beligerante del grupo y está considerado por Israel el cerebro de los ataques del 7 de octubre contra territorio israelí en los que murieron unas 1.200 personas y otras 250 fueron tomadas como rehenes, lo que le convirtió en el hombre más buscado por Israel.