Barranquilla (Colombia) (EFE).- Los hinchas del Junior de Barranquilla, uno de los grandes clubes del fútbol colombiano y el más popular de la región caribeña, celebraron este miércoles el centenario del equipo ondeando la bandera más grande del mundo.
Con una logística que involucró a autoridades locales, patrocinadores e hinchas que se dieron cita en el Gran Malecón del Río, un parque lineal que se ha constituido en el principal atractivo turístico de Barranquilla, se exhibió una bandera rojiblanca de 10,2 kilómetros de largo, confeccionada en honor al equipo ‘tiburón’.
Gabriel Vallejo, líder de una de las barras que acompañan al Junior en cada partido, estuvo años “tocando muchas puertas”. Construyó la bandera con la cual superan el récord de 7 kilómetros que tenía la hinchada del club argentino River Plate.
“Para confeccionar la bandera se necesitaron unos seis meses y la participación de muchos amigos, aprendices del SENA (entidad estatal que capacita a jóvenes en diversos oficios), empresarios y las autoridades locales”, manifestó Vallejo durante el recorrido que se hizo a orillas del río Magdalena.
Por amor al Junior
Galería de EFE/ Aleidys Coll
“No me importa el sol ni que esté lloviendo, estoy acá porque Junior es lo que más quiero”, dijo a EFE Brandon Gómez, de 19 años, quien fue uno de los miles de jóvenes que llevaron la bandera durante el recorrido.
Gómez nació y vive en el barrio Rebolo, un populoso sector del sureste de la ciudad. El 7 de agosto de 1924 fue fundado en ese barrio el equipo que ha sido campeón de la liga colombiana en diez ocasiones.
Mariana Sosa, de 28 años, acompañada por su hijo Yeiner, de 11, asegura que “el Junior últimamente está dando más tristezas que alegrías”. Sin embargo, asegura que lo acompañará siempre, “y si está cumpliendo cien años no podía perdérmelo”.
Radiografía del Junior cuando se proclamó campeón en 2023
Una bella metáfora
El periodista Ahmed Aguirre, quien ha publicado dos libros sobre la historia del equipo ‘tiburón’, afirmó a EFE. Junior es esa bella metáfora de sentimientos encontrados que nos depara un triunfo o una derrota.
“Si Junior gana, somos los más alegres y felices del mundo, el papá es más papá que nunca, el hijo el mejor de los hijos y la mujer es la compañera embelesada que se duerme escuchando de su esposo las genialidades del equipo. Si Junior pierde, los días se hacen inacabables en los que nadie quiere saber de nada, con la sola ilusión del siguiente partido para verlo ganar”, dijo.
En su opinión, eventos como el de este miércoles confirman que para los barranquilleros el “Junior es un sello identificante más allá de los linderos patrios. Junior es la más grande devoción de todas las pasiones”.