La música y el marketing de Robert Spratt

La música y el marketing de Robert Spratt

Vocalista y compositor de la banda “Entre Nos», la cual se encuentra grabando su tercer disco y con una gira en ciernes por Colombia, Costa Rica y posiblemente México.

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Por Milagros Sánchez Pinell

Frente a un espejo y teniendo como micrófono el cepillo de su madre, el pequeño Robert bailaba y simulaba cantar las canciones del disco “The Greatest» de Elvis Presley, mientras se imaginaba en un escenario frente a miles de personas.

Hoy en día, los aplausos y los gritos de su fanaticada dejaron de ser un producto de su imaginación para convertirse en una realidad que le llena el alma.

El panameño Robert Spratt, de padre estadounidense, empezó su carrera artística a los nueve años con la obra de teatro “Evita”, entre otras presentaciones teatrales. En el 2012 formó la banda “Open Bar» con sus amigos, Ricardo Duque y Luis Felipe Gómez.

Dos años más tarde la banda se desintegró y Robert viajó a New Orleans para estudiar Marketing Digital en Loyola University, donde, además de adquirir conocimientos académicos valiosos, le abrió los ojos a la diversidad y autenticidad cultural.

Su formación le ha permitido trabajar en proyectos increíbles con grandes compañías como Publicis Group y Grupo Cochez. Así como conocer a personas muy influyentes en su campo.

Desde agosto del 2022 trabaja de forma remota como paid media specialist en Overdrive Interactive, con sede en Boston. Sin embargo, acumula casi una década de experiencia.

Su trayectoria desde Panamá a los escenarios internacionales, su carrera en marketing digital y su evolución como músico muestran una determinación inquebrantable y un deseo constante de crecimiento.

Revista Vida y Éxito conversó con este joven talentoso, quien nos compartió su testimonio inspirador de cómo seguir las pasiones y mantenerse fiel a uno mismo puede llevar a las personas a grandes alturas.

¿Quién era Robert Spratt antes de la música y el marketing digital?

Fue un proceso encontrarme y todavía estoy en ese proceso. Honestamente era el payaso de la clase. Estuve en bastantes obras musicales y eso me llevó por el ámbito musical. Recuerdo que en clases lo que hacía era cantar las canciones que estaba practicando para las obras y los profesores me mandaban a callar. Ya después me disculpaba y les explicaba que estaba en una obra. Siempre tuve ganas de estar en un escenario y de presentarme. Se me hacía muy natural. Además, vengo de una familia muy llamativa, donde hay mucha bulla y algarabía.

¿En algún momento su familia vio su pasión por la música como una distracción?

Nunca fui el mejor estudiante, muchas veces pasé de a penitas. En la universidad, cuando empecé a estudiar algo que me interesaba, que era mercadeo digital, hubo una calma por parte de mis papás porque dijeron, ahora sí se está poniendo serio, ya nos podemos relajar un poquito más. Efectivamente, cuando regresé de la universidad conseguí mi trabajo, pude dedicarme a lo mío y me mudé de la casa de ellos desde muy joven porque quería independizarme. Nunca hubo un tema de que me dijeran que dejara la música porque veían que era parte de mí. Siempre me apoyaron.

¿Cómo ha evolucionado la banda?

Al inicio con Open Bar nuestras influencias musicales eran de bandas un poco impertinentes, medio sucias, pero muy divertidas. Creo que eso influyó bastante en la música que hacíamos y en los shows. Mientras fuimos madurando se acabó esa banda y empezamos una nueva, la cual vino con el enfoque de crear música duradera que, más que entretener, hablara de lo que estábamos sintiendo. Lo rico de estar en esta banda es que somos cinco amigos casi que hermanos y a la hora de escribir una canción pasamos por varios filtros y estándares muy altos.

¿Cómo describen el estilo de música de ustedes?

Nosotros decimos que es Reggae – Funk porque eso encapsula bastante la libertad que nos ofrecemos al momento de escribir música. Cada canción tiene su propia alma y el sonido de cada canción es distinto.

¿Quién escribe las letras de sus canciones?

En su gran mayoría las escribo yo y algunas las escribe Luis Felipe. Es un proceso individual, cada uno escribe por su lado, luego nos mandamos las ideas y nos damos feedback, pero hasta el momento que la presentamos a la banda entera es que la canción va de idea a producto final.

¿Toca algún instrumento?

La guitarra. Las canciones las escribo en la sala con mi guitarrita. Pero, a la hora de subir a la tarima con mi banda quiero estar bailando, relajarme y tirar mis pasos cuestionables. Así que solamente canto con la banda.

¿Qué lo inspira a la hora de escribir?

Hay momentos en que la inspiración viene y otros en que uno tiene que buscar la inspiración. En los momentos que la inspiración viene es cuando estás pasando un momento fuerte en tu vida. También, hay otros momentos donde simplemente estoy paseando por las calles y veo una pareja de viejitos tomados de la mano. En lo cotidiano hay mucho arte si uno se pone a observar.

¿Cuál es su canción favorita que ha grabado?

Se llama  50 o 100 porque el mensaje me encanta. Cuando la tocamos en vivo al escuchar a la gente gritando se me llena el alma. Ahora, la canción favorita para tocar en vivo se llama Risitas, simplemente porque es muy divertido tocarla.

¿Qué nos puede adelantar del tercer disco?

Es la primera vez que decidimos autoproducirlo nosotros. Eso significa que toda la experiencia que hemos recopilado a través de los años la estamos poniendo en práctica. Eso hace que este proceso sea mi favorito. Desconozco cómo se va a presentar en números, si será viral o si la gente lo va a amar tanto como yo lo estoy amando, pero estar en el estudio con mis mejores amigos, tomando decisiones, con base a lo que nosotros nos gusta, hace que sea un proceso puro. Es un disco corto, son cinco canciones, cada una con su propia energía.

¿Se considera una persona que hace marketing digital y es músico o un músico que hace marketing digital?

Soy un músico que hace marketing digital. Honestamente, a la mayoría de las personas nunca les digo que hago marketing. Trato de mantener esa parte de mi vida escondida porque quiero ser reconocido como un músico.

¿Cómo logra integrar ambas actividades, que, aunque son artísticas, son distintas?

Es super curioso porque siento que con la música alimento el lado derecho de mi cerebro y mi alma. Con el trabajo alimento mi lado izquierdo, es decir el lado analítico, y mi bolsillo. Considero que dentro de mí pueden existir ambas cosas perfectamente, sin chocar. Es más, se complementan mucho. Cada uno le da un respiro al otro lado. Trabajar para la agencia digital ha sido una experiencia muy reveladora porque son muy organizados. Este trabajo remoto me permite tener esta conversación, estar de viaje, dedicarle tiempo a la banda. Aprecio bastante este trabajo.

¿Qué le gusta de su trabajo como “paid media specialist”?

Es un trabajo con mucho tacto humano. Me encanta poder conversar y educar al cliente en lo que se quiere y se puede hacer. Pero, sobre todo, que al final la persona adquiere los resultados deseados.

Después de todo lo que me ha contado, ¿cómo se definiría?

Como alguien feliz. Una persona que siempre le ve el lado positivo a las cosas y alguien que quiere que la gente a su alrededor esté consciente de cómo se siente y estar bien con ello.

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Etiquetas: música / músico / Panamá / Roaring 20 / rock