Santiago de Chile (EFE).- Los locales electorales para los comicios municipales y regionales de Chile volvieron a abrir este domingo sus puertas, tras una primera jornada de votación que transcurrió con normalidad y en la que sufragó más del 46 % del padrón electoral.
“Sobre 15,4 millones de electores, han sufragado a nivel nacional un total de 7,2 millones, que equivalen al 46,86 % por ciento del total”, dijo la noche del sábado en rueda de prensa el presidente del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle.
Las elecciones se celebran en dos días debido a que el tiempo de votación es largo por el gran número de cargos a elegir: 345 alcaldes, 16 de gobernadores, 2.252 concejales y 302 consejeros regionales.
Se trata de las primeras municipales y regionales realizadas con el nuevo sistema de voto obligatorio, reestablecido en 2022 después de diez años de participación voluntaria, y se espera una participación cercana al 80 %.
Las urnas, que fueron custodiadas durante la noche por las Fuerzas Armadas y otros funcionarios, estarán abiertas hasta las 18:00 hora local (21:00 GMT) y se espera un escrutinio largo.
Los escándalos permean las elecciones locales de Chile
Las elecciones se celebran en un ambiente de gran crispación política y están marcados por el aumento de la delincuencia y por distintos escándalos que salpican tanto al oficialismo como a la oposición de derecha.
“Ojalá las autoridades electas no sean corruptas, hagan bien su trabajo y escuchen más al pueblo, independiente del color político”, dijo a EFE Ricardo Nolis, un joven que acudió a sufragar al Estadio Nacional, en el capitalino barrio de Ñuñoa y uno de los centros de votación más grandes del país.
A su lado, su amigo Sergio Campos, aseguró a EFE que los casos de corrupción están provocando “desconfianza hacia las instituciones” y “gran polarización en la clase política”.
El Gobierno del progresista Gabriel Boric, integrado por una amplia coalición que concurre unida a los comicios, medirá en las urnas su gestión de la crisis de inseguridad y de la denuncia por presunta violación contra el exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve, hasta la semana pasada uno de los políticos mejor evaluados y cuya renuncia ha abierto fisuras en el oficialismo.
La oposición, en cambio, acude muy fragmentada y la derecha tradicional de Chile Vamos, afectada por una megatrama de tráfico de influencias que ha salpicado hasta la Suprema, tratará de contener una posible fuga de votos al ultraderechista Partido Republicano.