Las tensiones entre Sudán del Sur y Sudán se disparan por el conflicto y la crisis política

Atem Simón Mabior |

Yuba (EFE).- Pese a la estabilidad relativa de las relaciones entre Sudán del Sur y Sudán desde la independencia del primero en 2011, el conflicto interno en ambos países y las crisis políticas han provocado una escalada de tensión bilateral marcada por acusaciones cruzadas sobre el apoyo a milicias opuestas a ambos gobiernos.

El resquebrajamiento de las relaciones se produce en medio de los grandes avances del Ejército sudanés contra el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), así como de la ola de violencia en la zona fronteriza del norte de Sudán del Sur entre milicias originalmente vinculadas a la oposición y las tropas gubernamentales.

Las autoridades sursudanesas acusan de forma velada al Ejército sudanés de armar a la milicia denominada Ejército Blanco, que se enfrenta en el estado de Alto Nilo a las tropas gubernamentales leales a Yuba.

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Esto lo harían para que el Ejército Blanco les apoye en su lucha contra las FAR.

En este contexto, el Ejército sudanés también ha amenazado con tomar acciones contra el Gobierno del país sureño por presuntamente brindar apoyo a las FAR y colaborar con Emiratos Árabes Unidos (EAU), a quien acusa de ser el principal patrocinador de los rebeldes sudaneses, un cargo que el país árabe del golfo Pérsico niega.

Sudán del Sur advierte, por su parte, que «cualquier amenaza a su tierra tendrá una fuerte respuesta».

Conflicto de intereses

En los últimos meses, grupos de activistas han denunciado precisamente que el Gobierno sudanés emplea al Ejército Blanco para luchar contra las FAR, mientras que también alegan que tropas sudanesas ejecutaron supuestamente a ciudadanos sursudaneses en Al Yazira (centro de Sudán) por su colaboración con los paramilitares.

Yuba tachó este acto de «terrorista» y pidió una investigación internacional inmediata.

Hombres que huyeron de Jartum observan mientras esperan el transporte para dirigirse a la ciudad de Renk, en Wunthaou, cerca de la frontera con Sudán, Sudán del Sur
Hombres que huyeron de Jartum observan mientras esperan el transporte para dirigirse a la ciudad de Renk, en Wunthaou, cerca de la frontera con Sudán, Sudán del Sur. EFE/EPA/Amel Pain

El analista político Mustafa Seri afirma en declaraciones a EFE que la Inteligencia sudanesa «siempre ha reclutado a milicias sureñas» para fines militares, pero esta práctica ha proliferado todavía más después de que el Ejército sudanés consiguiera hacerse con amplias zonas del centro del país.

El Ejército Blanco

«La Inteligencia empezó a apoyar y armar a la milicia de (de la tribu) nuer Ejército Blanco para crear tensión en Sudán del Sur porque el Gobierno sudanés, con sede temporal en Port Sudán, acusó Yuba de ofrecer armas a las FAR», añade.

Por su parte, el parlamentario sursudanés y miembro del partido gobernante, Marcello Garang, considera que el apoyo de Sudán al Ejército Blanco «no necesita evidencia», ya que uno de los líderes de la milicia, Simon Dual, se encuentra en Port Sudán.

Asimismo, afirmó que esta milicia nuer (la segunda tribu más numerosa de Sudán del Sur y a la que pertenece gran parte de la oposición armada) es una «creación del Ejército sudanés» que utilizó contra el Movimiento Popular para la Liberación de Sudán (MPLS) durante la segunda guerra civil sudanesa (1983-2005).

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¿Una guerra subsidiaria?

El exgeneral y experto en Seguridad sursudanés, Isac Nyok Ngor, asegura a EFE que Jartum «se acostumbró a llevar guerras subsidiarias contra Sudán del Sur mediante milicias sureñas, aprovechando la fragilidad social y la tensión entre las tribus sursudanesas de dinka (la gobernante) y nuer».

Por ello, denuncia, ha armado a la oposición liderada por el ahora vicepresidente sursudanés Riek Machar en 2013, tras el estallido de la guerra civil que duró un lustro y se saldó con alrededor de 400.000 muertos. El conflicto terminó con un acuerdo de paz en 2018 que estipulaba un reparto de poder entre los rebeldes y el Gobierno.

Ngor asevera que Sudán «no quiere que haya estabilidad en Sudán del Sur actualmente» porque «además fracasó en conseguir su apoyo en la guerra sudanesa», cuando el comandante del Ejército sudanés, Abdelfatah al Burhan, pidió al presidente sursudanés Salva Kiir que luchara contra las FAR, una demanda a la que Yuba se negó.

Sin embargo, de cara a la galería las relaciones entre ambos gobiernos se han mantenido estables, según Garang, puesto que Yuba depende de Jartum para la exportación de petróleo a través de un importante oleoducto cuyas operaciones han cesado en varias ocasiones por la guerra en curso en Sudán.