La muerte del príncipe Miguel de Grecia y Dinamarca, el pasado 29 de julio en un hospital de Atenas, deja en perspectiva a unos de los royals con más conexiones familiares con el resto de las casas reales europeas, así como la vida de un personaje, quien más allá de enfrentar el destierro de su familia, decidió renunciar a sus derechos monárquicos para casarse con una plebeya.