Pablo Marçal, el candidato brasileño que rompe el binomio Lula-Bolsonaro en São Paulo

Por Carlos Meneses |

São Paulo (EFE).- Influencer mesiánico, empresario y uno de los favoritos para ser el próximo alcalde de São Paulo, Pablo Marçal ha roto la polarización entre el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2022) con propuestas como construir un edificio de 1 km, el más alto del mundo. Su inspiración: el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.

Marçal, nacido en Goiânia en 1987, ha revolucionado la contienda electoral en la mayor ciudad de Brasil con un estilo belicoso, provocador y extravagante.

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A tres semanas de los municipales de octubre en Brasil, las encuestas le sitúan empatado técnicamente con el actual alcalde, Ricardo Nunes, apoyado por el expresidente Bolsonaro; y el izquierdista Guilherme Boulos, candidato de Lula.

Un “antisistema” con un emporio empresarial

Se presenta como “antisistema”, aunque ha hecho una enorme fortuna dentro de él.

Tiene un patrimonio declarado de casi 170 millones de reales (unos 30,5 millones de dólares), distribuidos en un ‘holding’ empresarial, fondos de inversión, tierras y participaciones societarias.

Pero se mueve como pez en el agua en las redes sociales, donde ganó notoriedad como influencer dando charlas y cursos motivacionales sobre cómo ganar dinero fácil y “desbloquear la mente”.

El candidato a la Alcaldía de Sao Paulo por el Partido de Renovación del Trabajo Brasileño (PRTB), Pablo Marçal, saluda a sus seguidores durante en un acto de campaña en Sao Paulo (Brasil). EFE/Sebastiao Moreira

“Yo, un celular, Dios y el pueblo” es uno de sus lemas de campaña. Sus videos acumulan millones de visualizaciones y en las calles actúa como si fuera una estrella de rock, a lo Javier Milei, presidente de Argentina.

Marçal, un candidato a lo Bukele

Casado y padre de cuatro hijos, va siempre con su gorra con una ‘M’ de Marçal estampada y despierta pasiones entre el electorado de extrema derecha. Su irrupción, de hecho, ha dividido el bolsonarismo en la capital paulista, que con 12 millones de habitantes es la ciudad más populosa de Suramérica.

Después de un viaje fugaz a El Salvador para “internacionalizar su campaña”, esta semana se subió a una camioneta para una marcha en la humilde zona norte de São Paulo. Durante el paseo llevó un chaleco antibalas. Le acompañaron votantes, pocos pero muy ruidosos, de todas las edades y razas.

Desde la megafonía se le anunció como “el terror del sistema” y el candidato que “está haciendo llorar a los comunistas”. Él asegura tener a “todos en su contra”.

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“No soy político”, aseguró a la prensa, entre vítores de sus acólitos y una nube de celulares a su alrededor de seguidores que buscaban sacarse un selfi con él.

“Marçal rompió ese paradigma Lula-Bolsonaro. Quien quiere un cambio de verdad tiene que votarle”, expresó a EFE Livia Dantas, locutora de 37 años y quien grabó todo los movimientos de su líder con su celular. Su primer contacto con el empresario fue vía redes sociales.

Condenado por hurto y otros problemas judiciales

Formado en Derecho y autor, según él, de “60 libros” de autoayuda, Marçal insiste en que empezó como telefonista en un centro de llamadas. Luego pasó a trabajar en una compañía familiar y después se sumergió en el mundo de la consultoría.

Este no es su primer contacto con la política. Fue candidato a presidente en 2022, aunque su partido terminó apartándolo para apoyar a Bolsonaro. Se postuló entonces para diputado federal, pero la Justicia le impidió asumir su escaño por sospechas de corrupción.

El candidato a la Alcaldía de Sao Paulo por el Partido de Renovación del Trabajo Brasileño (PRTB), Pablo Marçal, saluda a sus seguidores durante en un acto de campaña en Sao Paulo (Brasil). EFE/Sebastiao Moreira

Antes, en 2010, le condenaron por hurto a 4,5 años de prisión, por supuestamente participar en una trama que creó páginas web para estafar y desviar dinero de cuentas bancarias de sus víctimas. Nunca llegó a entrar en prisión y la sentencia prescribió.

La prensa también ha ventilado supuestos nexos entre los líderes de su plataforma política, el Partido Renovador Laborista Brasileño, con integrantes del Primer Comando de la Capital (PCC), la banda criminal más poderosa de Suramérica.

Además, la Policía investiga si sus empresas pagaron a usuarios para promover en Internet su candidatura a alcalde. Esas sospechas llevaron a la Justicia electoral a suspender todos sus perfiles oficiales en redes sociales, aunque rápidamente abrió otros que ganaron millones de seguidores en pocos días.