Por Milagros Sánchez Pinell
Julio Lacayo Gurdián vive una vida marcada por la lucha contra la bipolaridad, una condición que lo ha desafiado casi toda su vida, pero también lo ha impulsado a convertirse en una voz de esperanza y superación para otros.
Como un acto de liberación personal, el pasado 7 de abril de 2024 publicó su libro en inglés: Lithium Kid. A Bipolar Adventure From Depression To Mania (Niño Litio. Una aventura bipolar que va desde la depresión hasta la manía).
A través de sus 139 páginas, Julio, de forma coloquial, narrativa y con una buena dosis de buen humor, trata, desde su experiencia, de ayudar a las personas con problemas relacionados con la salud mental a recuperar el control de sus emociones y pensamientos para llevar una vida cotidiana más feliz y saludable.
El lector, a través de este interesante y muy humano relato, viaja desde la depresión hasta la euforia y la psicosis de su autor, mientras intenta romper el estigma que existe con respecto a la salud mental.
Y es precisamente por el temor a ese estigma que Julio determinó firmar el libro como Joshua C. Campo. Sin embargo, una vez publicado decidió romper las cadenas del miedo.
Julio Lacayo, en una franca conversación con Vida y Éxito comparte cómo ha superado sus propios desafíos y ha encontrado una misión en ayudar a otros a hacer lo mismo. Su historia es un testimonio de resiliencia, coraje y sobre la importancia del apoyo familiar y médico en la lucha contra las enfermedades mentales.
¿A qué se dedica?
Estudié Historia en la Universidad de Michigan y terminé formando parte de los negocios de la familia, Aurora Bienes Raíces. Más que nada estoy en el área de ventas.
¿Cuáles fueron las primeras señales sobre su condición?
Tuve una gran depresión de tres o cuatro meses donde nadie en Nicaragua sabía que yo posiblemente era bipolar. Recuerdo que me trataban como unipolar, que es la persona que solo tiene depresión. Como continuaba en ese estado, mi familia decidió llevarme a un médico en Costa Rica. Es hasta ese momento que me doy cuenta de que lo que tenía, que tiene solución y que hay un montón de personas con mi misma condición.
¿Puede describirnos un poco cómo fue ese período de depresión?
Había días que me quedaba sin bañar y sin comer. Mi cara se brotó de espinillas y mi pelo estaba sucio y grasoso. Perdí las ganas de cuidarme a mí mismo. Además, dejé de ir al colegio porque solo quería estar en la cama. Fue una depresión tan fuerte que nunca he vuelto a tener algo similar en términos de depresión.
¿Cómo reaccionó la familia frente a su depresión?
En mi familia hubo mucha compasión. Siempre insistieron en buscar médicos que dieran con mi diagnóstico. Sin la compasión de ellos nunca hubieran tomado tan en serio lo que estaba pasando. Yo tuve mucho apoyo de parte de mis padres Róger Lacayo Barberena y Aurora Gurdián.
Y sus hermanos ¿cómo encararon esa situación?
Para mi hermana Aurora Elena fue como que murió Superman. Soy seis años mayor que ella y era la luz de sus ojos. Verme en ese estado le afectó mucho. También mis hermanos, Róger Francisco y Eduardo Ignacio fueron muy compasivos.
¿Había escuchado sobre la bipolaridad antes de su diagnóstico?
Es interesante porque la prima hermana de mi papá estuvo casada con un italiano, quien era bipolar y al ver lo que estaba pasando en mi vida dijo, Julio es bipolar.
Usted tenía tan solo 17 años en ese momento, ¿se resistió al diagnóstico?
¡Para nada! Increíblemente a los tres días de tomar medicina yo salí de mi depresión, lo cual fue maravilloso. Fue como un milagro. Incluso, saliendo de esa depresión tuve una hipomanía (estados emocionales exageradamente elevados y energéticos) que es la otra cara de la bipolaridad.
¿Qué lo motivó a contar su historia en un libro?
Creo que el libro es una sanación para mí, pero también una sanación para otras personas que padecen de algo similar. Mucho del libro trata de la depresión y de lo peligrosa que es. Doy muchos consejos sobre la depresión. Las estadísticas dicen que 12% de la población ha sufrido una crisis depresiva en su vida.
¿Es un libro biográfico?
Podríamos decir que sí. Comienza con mi vida como niño hasta llegar a la primera depresión. También, explico con detalles mi primera crisis de euforia que fue en Tokio. Así a la gente le da chance de entender cómo se desarrolla una crisis de ese tipo.
¿Por qué el nombre de Lithium Kid?
Porque mi tratamiento son dos pastillas de Litio al día, por eso es que el libro se llama Niño Litio. Eso fue lo que me sacó de mi primera depresión en tres días.
¿Cuál fue la razón de cambiarse el nombre como autor de su libro?
Porque me daba miedo el estigma y el tabú. Sin embargo, una vez publicado el libro me sentí como liberado. Me siento realizado y como que esa nube escondida de que soy bipolar o depresivo desapareció. Ahora me despreocupa pensar quién sabe de mi bipolaridad. Este soy yo y estoy aquí para ayudar a otras personas que tienen la misma condición.
Hoy en día, ¿cómo encara su situación?
Es importante saber que es una enfermedad que la sufre la familia entera. Mi familia ha sido muy buena conmigo. En el libro le llamo la cola del dragón cuando sé que me estoy deprimiendo. Es allí donde uno debe tomar acción y comenzar a tomar pastillas antidepresivas. Mucha gente, quizás por falta de apoyo de la familia, sufre en silencio. Soy más de episodios eufóricos que depresivos porque los reconozco rápido y actúo.
¿Qué emociones le despertó ver su libro impreso?
Me sentí increíble y súper realizado. Todo el trabajo lo hice solo, desde la edición hasta la portada. Me enseñó a que puedo escribir otros libros porque ya conozco el proceso. Es importante mencionar que mi libro está a la venta en Hispamer Metrocentro en Managua y en Amazon.
Son casi 30 años viviendo con bipolaridad. ¿Qué es lo más difícil?
El estigma. El hecho de que una mujer te niegue la oportunidad porque piensan que uno está loco. Eso duele porque están equivocados. También nosotros tenemos sentimientos.
¿Cómo es Julio?
Me gusta hacer muchas cosas como bailar, jugar póker, ajedrez, natación, hacer pesas y correr. Soy bastante activo y una persona alegre. Últimamente estoy enfrentando una realidad y es que hace seis meses dejé el alcohol. Incluso, cuando estoy en crisis de manía tiendo a fumar y eso tampoco lo estoy haciendo. Entre menos químicos es mejor para mí. Sigo siendo alegre sin alcohol.
¿Cómo visualiza su futuro?
Espero tener un futuro estable. Cuando tengo una crisis pierdo mucho tiempo, pierdo clientes y ventas. He pasado por mucho, pero también he aprendido mucho. Haciendo una comparación con personas de mí misma edad, he vivido mucho más que ellos a nivel de experiencia. La depresión es algo bien pronunciada en la bipolaridad y he aprendido a cómo lidiar con ella y eso me da fortaleza. Le perdí el miedo.
¿Qué mensaje les deja a nuestros lectores?
Hoy tengo el coraje de pronunciar que soy bipolar en un país donde todavía es un tabú. Lo sé muy bien. Aunque mis amigos me han apoyado bastante, todavía es muy poco lo que se habla sobre salud mental. Yo quiero que la gente tenga un poco más de compasión y aprenda a ponerse en los zapatos de la otra persona.
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