Una guerra perdida: el crimen organizado

Son 56 años en esto, un privilegio de vida. Y a por más.
Florestán.

 Los retos que encara el gobierno de Claudia Sheinbaum son tantos que resulta difícil de enumerarlos, pero trato: salud, educación, finanzas públicas,  prosperidad, economía, bienestar, pobreza, el reencuentro de todos los mexicanos, la presión del antecesor y de sus duros tanto en Morena como en el gobierno.

          La lista es interminable.

          Pero hay un tema imposible de ganar: el crimen organizado, culpable del régimen de violencia que hoy vivimos, crimen que ha superado su capacidad de fuego, organización, diversificación, está en todas las actividades, incrustado en gobiernos y policías, además de su extensión territorial que ha crecido proporcionalmente como nunca, al punto que el gobierno de Estados Unidos afirma que una tercera parte del país está controlada por esa delincuencia.

          Esta situación ha venido creciendo a través de los años, de gobiernos estatales y municipales y de políticas federales erróneas, como la pasada de abrazos y no balazos, que solo la extendió.

          Así cuando prometió recortar a la mitad los 156 mil homicidios cometidos en el gobierno del presidente Peña Nieto, en sus cinco años y diez meses lo superó con 199 mil 621, que rebasarán los doscientos mil en cuanto se ajusten las cifras, a lo que hay que sumar 51 mil desaparecidos en su gestión, uno de cada dos de 113 mil los mexicanos no localizados desde que se lleva este censo.

          Pero esos ya son hechos consumados que retratan una derrota heredada e incontenible en el combate a la violencia.

          Hoy, Claudia Sheinbaum tiene ante sí un reto insuperable, un problema sin solución: la extensión y fortalecimiento del crimen organizado para el que este reportero no ve solución, no. No veo cómo los van a someter, no veo cómo los van a replegar, no veo cómo los van a disminuir, no veo cómo les puedan ganar esta batalla que todos vamos perdiendo.

          No veo, pues, una solución.

          Y ese es el mayor reto a la Nación, a las instituciones, a los mexicanos y a su presidenta.

RETALES

  1. LOCURA.- El delirante presidente del Senado propone juicio político para los ocho ministros de la Corte que abren la posibilidad de interponer recursos contra la reforma judicial de López Obrador. Está como cuando Mario Delgado lo pidió para todos los diputados de la oposición que no llegó a nada;
  2. GARANTÍA.- La elección de Mauricio Farah como secretario general de la Cámara de Diputados, es una garantía de seriedad. Su designación fue aprobada por unanimidad el pasado 18. Tiene una carrera en eso y es reconocido por todos; y
  3. RITO.- Ayer en el Campo Marte se cumplió un ceremonial que en algún momento se perdió: el saludo de las Fuerzas Armadas a su nueva comandante suprema, Claudia Sheinbaum, operación a cargo del titular de la Sedena, general Ricardo Trevilla Trejo y que fue mensaje.

Nos vemos el martes, pero en privado.