Jerusalén (EFE).- Al menos cuatro personas han muerto y otras 40 han resultado heridas por un bombardeo del Ejército israelí contra tiendas de desplazados en el hospital Al-Aqsa en Gaza esta madrugada, según informó el Gobierno de Hamás en el enclave.
El bombardeo provocó un incendio en las tiendas instaladas dentro del hospital, ubicado en la localidad de Deir al Balah, una “horrible masacre” para Hamás, que ha denunciado que Israel no se hubiera atrevido a continuar con la guerra en Gaza, ni expandirla al sur de Líbano, si no fuera por el apoyo de Estados Unidos y el “silencio internacional”.
Por su parte, las fuerzas de defensa israelíes (IDF, por sus siglas en inglés) han confirmado el ataque en un comunicado divulgado esta madrugada el que aseguran que ha sido un “ataque preciso contra terroristas” que operaban un centro de comando dentro del que describen como un antiguo hospital.
El hospital era “utilizado por terroristas de Hamás para planear y ejecutar ataques terroristas contra las IDF y el estado de Israel”, asegura el comunicado, sin referirse a posibles muertos o heridos.
El Ministerio de Salud gazatí, controlado por Hamás, denunció la víspera que los hospitales del norte de Gaza seguían por octavo día consecutivo bajo asedio israelí, “poniendo en peligro la vida de los pacientes”.
Un veintena de muertos en otro ataque a una escuela
También las escuelas que ahora acogen a miles de desplazados internos siguen siendo objetivo del Ejército israelí.
Al menos 19 palestinos murieron este domingo en un bombardeo de artillería contra una escuela que albergaba a cientos de familias desplazadas cerca de la zona de Al-Mufti, al norte del campo de refugiados de Al Nuseirat, en el centro de la Franja.
El Gobierno del enclave, en manos de Hamás, anunció ayer que más de 300 palestinos han muerto en el norte de Gaza desde que Israel inició una nueva operación terrestre en la zona el pasado 6 de octubre.
En total, desde que Israel lanzó su ofensiva contra Gaza tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, con más de 1.200 fallecidos y 251 secuestrados, más de 42.200 personas han muerto y otras 98.400 han resultado heridas en el enclave palestino.